El Guipuzcoano, 1890-08-30
Grande fue el asombro de los habitantes de Pasajes Ancho al conocer en la mañana de ayer la serie de robos que de un modo atrevidísimo se habían realizado por ladrones desconocidos.
Con efecto, durante la noche anterior, el ladrón o ladrones penetraron por una ventana en el establecimiento propiedad del alcalde de aquel punto, y después de apoderarse de una suma de diez o doce duros, cogieron también varios salchichones y otros comestibles, así como cuatro botellas de licores.
También fue robado por el mismo o los mismo que efectuaron el robo en casa del alcalde, la oficina de los factores de la estación, si bien en ésta no hallaron dinero alguno en los tres cajones que descerrajaron.
El tercer robo lo cometieron en el edificio de la Alhóndiga, donde de un cajón cogieron una pequeña cantidad.
Ayer no se conocía si los ladrones se habían apoderado de mayor cantidad, y tal vez de la asignación del próximo mes que en su cajón debía de tener uno de los administradores de la Alhóndiga que en la actualidad se halla ausente.
Añadiremos un detalle que no deja de ser prueba de la osadía de los ladrones, y es éste: que al robar la tienda del alcalde de Ancho, se comieron algunas sardinas fritas que en aquella habían quedado.
Hasta el presente, parece que se desconocen los autores de este hecho criminal, si bien hay vehementes sospechas que pronto se pondrán en claro.