Los Tres Pasajes nº 6, 1948
CON LO QUE SE CONSEGUIRÁ EL SANEAMIENTO DE ÉSTA,
ANTIGUA Y JUSTA ASPIRACIÓN DEL DISTRITO
Los dirigentes de la administración municipal de nuestra Villa no reposan en su constante preocupación de embellecerla y acomodarla a las circunstancias y necesidades de los pueblos modernos más progresivos. Creemos que hacen bien; pues de este modo, cuando concluya su gestión y reciban el merecido reposo del relevo; sus administrados, agradecidos al amor al pueblo de que dieron tan reiteradas y elocuentes pruebas, sabrán guardar de ellos el grato recuerdo a que se hicieron acreedores por una labor larga y acertada en pro de los comunes intereses pasaitarras.
Año tras año, en nuestra aparición acostumbrada de Julio, hemos ido dando cuenta en las páginas de Los Tres Pasajes, de los progresos y mejoras registrados durante los doce meses precedentes en los tres barrios que la villa comprende.
En el presente número hemos de hacerlo también, comenzando, en estas líneas, por los que se refieren a Ancho, ya que a San. Juan y a San Pedro les dedicamos, respectivamente, para mayor claridad y comodidad del amable lector que tanto nos favorece, sección aparte.
Se ha de hacer constancia, en primer término del arreglo y urbanización de varias calles, tarea ésta que requiere una atención perenne por el continuo desgaste a que el uso incesante y aun el abuso en ocasiones, por parte de viandantes y vehículos de toda clase las somete.
Una innovación, muy necesaria, y muy plausible por lo tanto, se ha introducido en el barrio. Nos referimos a esa coquetona construcción, de corte modernísimo, surgida, como por como por arte de encantamiento, en el vértice de las calles de Zumalacárregui e Iparraguirre y que contiene servicios tan importantes como unos urinarios, unos evacuatorios generales y unas duchas, de que carecía hasta ahora el pueblo. Pero como ya dedicamos en otro lugar de esta misma Revista, una sección especial –con su correspondiente ilustración gráfica, obra del notable fotógrafo pasaitarra Ricardo Valverde– a este tema, no queremos insistir sobre él.
Así pues, dejémoslo, pasando, a hacer alusión a las obras de hermoseamiento que se han llevado a cabo en la plazoleta sita frente al mercado y a los detalles que todavía falta pata concluirlas.
La principal de éstas consiste en la instalación de una magnífica farola de cinco brazos, proyectada para ser colocada en el centro mismo de la plazoleta.
La colocación de esta farola se efectuará una vez disparado el último chipinazo de las presentes fiestas de San Fermín.
En los momentos que redactamos las presentes líneas se está procediendo con toda actividad al remozamiento del kiosko de la Alameda, escenario de los mejores éxitos de la banda que dirige el incansable y meritísimo Beteta.
Confluente con la calle de Iparraguirre y perpendicular a la de Zumalacarregui, se ha abierto una pequeña calle, todavía sin bautizar, que contribuirá a aliviar el problema del tráfico en aquel lugar del barrio.
Recogiendo la idea, expuesta por los industriales de la margen izquierda de la ría, que insinuaron el propósito de edificar, la Alcaldía ha encomendado al ingeniero municipal la confección de un proyectó de cubrimiento de la expresada ría, que no ha de tardar mucho en ser realizado.
Paralelamente a esta misión encomendada al ingeniero, de un momento a otro va a encargarse al arquitecto del Ayuntamiento de la redacción de la Ordenanza de edificación en dicho lugar.
Con ello, los edificios tendrán salida a la calle de José Joaquín Otaegui y se conseguirá así el saneamiento del río, que es la espina que tiene clavada Pasajes, hace ya tiempo.