El Guipuzcoano, 1890-08-29
El crucero Luzón estuvo ayer, durante todo el día, batido por las olas, que eran en la Concha muy fuertes.
El ministro de Marina, en vista del estado del mar, dio las órdenes oportunas al comandante de dicho crucero de guerra, para que se hiciese a la mar con rumbo a Pasajes.
El Luzón encendió desde luego sus calderas, y hubiese salido ayer mismo para el abrigado puerto de Pasajes a no habérselo impedido la circunstancia de que durante la noche anterior, por efecto del fuerte mar y de la tremenda resaca que hubo, perdió uno de los calabrotes de popa, enredándose éste en la hélice de babor, según nos hemos informado.
A las doce de la mañana, cuando nos hallábamos contemplando el hermoso espectáculo del mar enfurecido, observamos que el Luzón hacía señales al Reina Regente, pidiendo un buzo que desenredase el calabrote que impedía el movimiento de la hélice.
Dicha operación se efectuó desde luego con éxito satisfactorio, y por la tarde hizo rumbo para Pasajes, donde esperará órdenes.