Pasajes nº 8, 1934
Deporte viril por excelencia, el de la pelota. Juego de destreza en el que se precisan además de una extraordinaria agilidad y un nervio potente, un certero sentido de las distancias y un conocimiento nada elemental de los trucos. Juego vasco y, como tal, juego de hombres. De hombres fuertes y musculosos, ágiles y dinámicos, todo vibración y pasión. Todo un deporte que simboliza a una raza. Cantera inagotable de pelotaris destacados es nuestro Pasajes. Los nombres de Zabaleta, Trecet, Pasay, Labaca, Berdasco, Echenique, Taboada y tantos otros han conquistado merecido renombre en sus especialidades. Otro galardón del que podemos enorgullecernos los pasaitarras.
Abalia y Linazasoro, cuya fotografía reproducimos, son cultivadores amateurs de la especialidad a mano.