Pasaia Gaur nº 10, 1978
¿Qué es FRATER? ¿Cómo funciona? ¿Quíenes la componen?
Estas y otras preguntas podríamos formularnos, pero es muy probable que no supiésemos responderlas, al quedar este movimiento, al igual que otros, fuera de los esquemas rutinarios del llamado «hombre de la calle». Pero lo que sí es seguro es que la mayoría hayamos visto a los disminuidos físicos de la FRATER en alguna reunión anual, a la que asistían ayudados por sus familiares y amigos, y si nos han cogido un poco sentimentales, igual hemos comentado: ¡Pobre inválido!, término totalmente alejado de la realidad, puesto que, con una pequeña ayuda por parte de todos, pueden hacer una gama amplia de trabajo e integrarse en esa realidad que es el campo laboral.
Siguiendo los principios fundamentales de la FRATERNIDAD CATOLICA DE ENFERMOS, movimiento apostólico de carácter internacional, y asesorados por el grupo de San Sebastián, donde radica la sede provincial, comenzaron los minusválidos de Pasajes sus reuniones periódicas con la asistencia también de otra serie de personas convocadas por los mismos, y que son denominados «colaboradores». Juntamente con esas reuniones y por razones obvias, se inició una campaña de captación de socios de cuota.
Tras un cierto tiempo de rodaje en el cual las reuniones se celebraban en Alkartasuna, se planteó la necesidad de disponer de un local, bien en propiedad o en alquiler, pero de uso exclusivo de la FRATER para su mejor desenvolvimiento. La idea era buena, pero, como normalmente sucede en este tipo de organizaciones en que el número de asociados así como el importe de las cuotas son reducidos, y las posibilidades materiales de acceder a un local se presentaban escasas.
Estando en conversaciones con el anterior párroco, don Pedro Jimeno, para ver la posibilidad de conseguir un local para un uso más o menos exclusivo, surgió la oferta de un industrial pasaitarra ofreciéndose a pagar el alquiler de un local donde anteriormente había estado el Secretariado de Caridad.
Solucionado el problema del local, el segundo aspecto era el complemento en cuanto a útiles de trabajo, acondicionamiento de servicios y dependencias para uso de los minusválidos. Aspecto que también se pudo resolver.
A partir de aquí comienza una época de mayor actividad en la FRATER, ya que, junto a las reuniones que ya se venían celebrando, se crean unas nuevas actividades como son las de buscar y captar trabajos que pueden ser desarrollados por los minusválidos tanto de la FRATER como ajenos a ella.
Surgieron algunos problemas en cuanto a desplazamiento de los minusválidos para acudir diariamente al local, así como para disponer de algunas personas que se dedicasen de continuo a instruir en el trabajo a los minusválidos. Pero presentadas las dificultades siempre hay soluciones y éstas vinieron de los colaboradores, que efectuaron los trabajos antes mencionados.
Al ir en aumento la actividad desarrollada en el local, se observó la necesidad de que existiera una persona dedicada exclusivamente al mismo. Puestos en contacto con los miembros de la FRATER con el promotor del local, y a iniciativa de éste, se contrató a una persona que dependiendo del promotor se dedicase a la organización y dirección del local.
Cubierta una primera etapa en cuanto a las actividades desarrolladas en el local y ante la perspectiva de poder seguir adelante con nuevas iniciativas que favoreciesen a la integración socio-laboral del disminuido físico en la sociedad, el siguiente paso fue la constitución legal de una Asociación, con el fin de poder acceder a las escasas ayudas que actualmente la Administración dispone en el campo del disminuido físico y para lo cual se redactaron unos estatutos que rigiesen las actividades socio-laborales a desarrollar en el local y que girarían bajo la denominación ASOCIACION ITZALA.
Tras el recorrido por el pasado, podemos decir que en la actualidad acuden al centro veinticuatro disminuidos físicos, que desarrollan diversos trabajos y que reciben clases teóricas relacionadas con los mismos.
Resumiendo, podemos decir que la FRATER sigue su andadura, comprometida en su tarea de formación humana del disminuido físico, colaborando a su vez en cuanto suponga una mejora en las condiciones de vida del mismo, e Itzala acelera la integración socio-laboral del disminuido físico en nuestro pueblo y en nuestra sociedad.
L. M. G.