Los Tres Pasajes, nº 11, 1953
Sí pudiéramos remontarnos a una fecha lejana, por ejemplo a principio de siglo y trasladarnos al Barrio de Ancho, de este Pasajes tan renombrado y conocido en toda España, nos hallaríamos en un pequeño pueblecito sucio y encharcado en la mayor parte de su planicie con unas charcas de tal tamaño que parecerían preparadas expresamente para que los aficionados a la pesca pasaran sus rato de ocio pescando anguilas o corcones. Ahora bien, si viviendo en él, nos preparamos para hacer un largo viaje en plan de estudio y este viaje lo dividimos en etapas anuales con descansos para conocer a fondo los grandes progresos de este Pasajes tan querido por todos veríamos cómo de día en día, de mes en mes y de año en año, ha ido superándose gracias a la inteligencia, al esfuerzo y al tesón de sus hombres que le hicieron llegar a ser lo que es hoy en el año 1953. El Barrio de Ancho es pequeño, sí, pero es pequeño porque no tiene extensión de terreno, pero, para los que hemos nacido o vivimos en él nos sería muy difícil separarnos de su radio sin sentir la nostalgia por nuestro “choco” como dicen los hijos del país. Y es que, aquel Pasajes del 1900 no quiso someterse a la tiranía del abandono, la suciedad y la tristeza y ha sabido superarse, como dijimos antes, y convertirse en un pueblo de una limpieza sin igual, tan alegre y tan cosmopolita como son cualquiera de los tres Pasajes.
El nativo de Pasajes, generalmente es noble, valiente, laborioso y tan serio como festivo. El Barrio de Ancho maravilla a quien lo conoce por su afición al canto, a la música, a la literatura, a la pintura, al deporte y a toda clase de distracción que sea cultural. No sería necesaria otra cosa más, que penetrar en una de sus sociedades recreativas para darse cuenta de que, donde haya un grupo de amigos, con todos sus actos, parecerá que obligan a respirar un delicioso ambiente de música y poesía. Y es que Pasajes es así como una ola de entusiasmo que, por donde va, se abre camino. Ved estas fotografías que hemos recogido al azar y que publicamos como simple prueba de lo que es Pasajes en sus fiestas.
En una veréis una estampa taurina donde el valor y el arte juegan un importante papel sobre un suelo de arena. En otra, a esa juventud desenfrenada y loca de entusiasmo corriendo delante de los astados en su clásico encierro, mientras derrochan raudales de alegría por las calles. Esa tercera donde un grupo de pasaitarras, disfrazados de “chinos” hacen frente a un novillo que no tardará en sembrar pánico entre los “parroquianos” que presencian el acto. Y por último, ese grupo de amigos dispuestos, no solo a “estamparse”, si no a celebrar el ágape, que les servirá de refrigerio para luego ofrecer, con sus voces, algunas muy conocidas, varias de las canciones más populares ó trozos de óperas altamente conocidas. (El grupo de amigos, por orden correlativo de izquierda a derecha, lo forman: Ramón Loinaz †– Antonio Cortajarena – Antonio Beloqui †– Enrique Zaldua – Ecequiel Vega – Isaac Oyarzabal – Mauricio Vega – Angel Otaegui – Anastasio Perez y José Cortajarena, más la Sta. Elola que sirve…. de mascota). Y es que, Pasajes, por las muchas cosas buenas que tiene, a pesar de ser “tres” podríamos cantarle, con esa música popular que interpreta un canto a España: Pasajes no hay más que uno…. ¡Aupa Pasajes!
A. L.