Gertakariak

El incendio de ayer

El Eco de San Sebastián, 1888-05-17

A las tres y cuarto próximamente de la tarde de ayer, una fuerte detonación puso en alarma a los vecinos de Ancho, Pasajes, y fuerzas militares de San Marcos.

Una espesa nube de humo que sella de la fábrica de petróleo de los Sres. Viuda de Londaiz y Mercader, situada en Molinao, era señal evidente de que habí­a ocurrido alguna catástrofe.
Los viajeros llegados á esta ciudad en el tren mixto fueron los primeros que trajeron la noticia, e inmediatamente nos encaminamos al lugar del siniestro.

Al llegar el pié de la fábrica, una espesa humareda, mezclada con grandes llamaradas, impedí­a apreciar los estragos causados por la explosión; pero fijándonos en las paredes de los depósitos o almacenes que la preceden, vimos señales del incendio que a continuación del estallido se habí­a iniciado en aquella parte, el cual con gran arrojo y explosión fue sofocado inmediatamente por los señores curas de Pasajes y Alza, médico de este último punto y los Sres. Larrinua, Larreta, Alcalde y seis operarios, que fueron los primeros que llegaron a la fábrica, consiguiendo, de este modo, dejar localizado el fuego en este último punto.

Los oficiales de ingenieros y soldados de San Marcos, el personal de las obras del puerto de Pasajes y el cuerpo de carabineros presentáronse momentos después de iniciado el fuego, y todos contribuyeron a que el feroz elemento no se propagara a los edificios inmediatos.

Procuramos averiguar si habrí­a ocurrido alguna desgracia personal, y le presencia de una infeliz mujer que desolada buscaba en vano por todas partes a su marido nos confirmó lo que momentos antes nos habí­an referido.

Un obrero llamado Valentí­n, que en el momento de ocurrir la explosión se hallaba en aquel lugar no aparecí­a por parte alguna, sospechándose que ha perecido entre las llamas. También resultó con ligeras quemaduras en la cara y en el pié otro operario, llamado Sebastián Elizalde.

A las cinco llegó el cuerpo de bomberos de esta Ciudad, que empezó á funcionar bajo la dirección del Sr. Goicoa, tomando acertadas disposiciones.

A las cinco y cuarto llegaban el Gobernador Sr. Moral, Alcalde Sr. Laffitte, jefe de la Guardia Civil y miqueletes e inspector de Seguridad, y momentos después el juez de primera instancia, Presidente de la Audiencia, escribano de actuaciones Sr. Arizmendi y un alguacil del Juzgado.
Los propietarios de la fábrica y los señores hijos de Londaiz se hallaban allí­ desde los primeros momentos.

Las pérdidas se calculan en unos treinta mil duros.

El edificio estaba asegurado.

Los grandes almacenes de petróleo donde habí­a 40.000 cajas han podido salvarse.

En el puerto habí­a otro gran cargamento. A las doce de la noche que cerramos esta sección continúa el fuego localizado.