Los Tres Pasajes, nº 19 1961
Aprovechamos esta oportunidad que nos depara la simpática revista LOS TRES PASAJES para presentarles a un joven artista, veterano en el difícil arte de hacer reír; voluntad inquebrantable en llevar la alegría y el consuelo al que padece; uno de los verdaderos artistas por vocación y que, pese a sus reveses, ha conseguido un puesto prominente en el arte que cultiva, ya que hoy es considerado como una de las figuras más destacadas en la provincia como humorista.
Nos proponíamos hacer su presentación, como es costumbre; pero creemos que huelga este punto, ya que los lectores habrán adivinado que nos referimos a Carmelo Iriarte, el gran «Polito».
Nuestro personaje, a distintas preguntas que días pasados le hicimos, nos contestó con toda sinceridad –para «Polito» nos existen subterfugios ni segundas caras– que su vocación por el arte que práctica no fue mera casualidad, sino que la traía de dentro al nacer: sus principios fueron como los de todos los artistas, difíciles, llenos de sinsabores y amarguras, pero no por ello perdió el humor… ¡Hubiera sido paradógico!
Sus primeras armas –y después también se ha prodigado– fueron en hospitales, casas de salud y demás instituciones benéficas, festivales de caridad, ya que nunca se negó cuando determinada entidad solicitó su concurso y en especial, como antes decimos, cuando su trabajo servía para mitigar el dolor de un compañero recluido en un centro benéfico.
Para poder conseguir abrirse paso, de nadie es desconocido que se presentan fuertes dificultades –sea en la faceta que sea– y como es natural, nuestro “Polito” no iba a ser una excepción; por ello, pese a que su nombre ya empezaba a sonar, todavía no estaba consagrado y tuvo que imponer su clase como humorista, aprovechando vacantes de otros compañeros y… cosa curiosa; aún hoy, pese a sus destacadas actuaciones en los principales escenarios de la provincia, en Navarra, sus magníficas creaciones con los XEY en jira por Guipúzcoa, no está satisfecho, pues tiene un elevado sentido del espíritu de superación, y cuando le preguntamos las aspiraciones que tiene para el futuro, no titubea un momento…
¡¡Ir superándome!!
Su especialidad como artista es la mímica, imitación de personajes, y de ello damos fe todos cuantos hemos tenido el placer de verle actuar.
Confirmando lo que en el principio de la conversación nos dijo, referente a que el artista no se hace, sino que nace en uno, nos viene a la memoria un dato elocuente: cuando todavía era Carmelo Iriarte, solía ir a la capital andando cada vez que arribaba un Circo, con el único y exclusivo fin de ver actuar a los payasos, ya que el resto de los números le eran por completo indiferentes y… naturalmente, el retorno era por idéntico medio de locomoción.
Nos podríamos extender mucho más hablando de esté joven artista pasaitarra, el gran «Polito», que ha hecho reír a todos los públicos gracias a su peculiar estilo humorístico, pero, ¿qué más podemos nosotros decirles que los lectores de «LOS TRES PASAJES» no sepan?…
Nuestra finalidad, al traerle a estas páginas, no es otra que la de rendirle un homenaje de simpatía en nombre del pueblo de Pasajes y alentarle para que prosiga su ascendente carrera artística que, si bien no le dará lo necesario para dejar de lado el formón y la gubia, al menos nos hará felices recreándonos con su inimitable arte, regocijándonos con sus parodias y chistes a la vez que él se sentirá satisfecho de poder rendir tributo a su más cara afición… ¡¡el difícil arte de hacer reír!!…
P. G. L.