Los Tres Pasajes, nº 5, 1947

Al estilo Espronceda en “La canción del pirata”

Con once bravos muchachos
y el gran TRECU a la cabeza,
se proclama, con justeza,
el “Pasajes” campeón.
Equipo glorioso y joven,
por sus rivales temido
y en Guipúzcoa conocido
desde Irún a Mondragón.

El sol, con desmayo, dora
el rectángulo de juego;
pero ellos, lanzando fuego,
luchan con recia pasión;
y ve el capitán LERCHUNDI,
desde su puesto de mando,
cómo IRASTORZA, bramando,
mete en la red el balón…

Adelante, equipo mí­o,
con valor;
que el enemigo braví­o,
ha poco aguerrido y fiero,
cede al empuje guerrero
de tu avance arrollador.

Cinco goles
hemos hecho,
a despecho
del rival
y ha pagado
su bravura
con hartura
sin igual.

Que a mi equipo yo idolatro
con locura y frenesí­­,
a quien siempre, desde niño,
mis desvelos ofrecí­.

Doquiera LARRARTE eleva
noble guerra
nadie el pelotón se lleva;
y ante los muros de ALBERO
y SAEZ, parvo cual fiero,
tono enemigo se aterra.

Y no hay campo,
¡ya lo creo!
ni trofeo
de esplendor,
que no sienta
su derecho
ni dé pecho
a su valor.

Que a mi equipo yo idolatro…, etc.

A la voz de “¡Balón viene!”
hay que ver
cómo LARRINAGA tiene
cerrada su porterí­a,
y derrochando osadí­a,
se lanza a la lid CLAVE.

La victoria
se persigue
y se consigue
con unión;
para el Club
es la grandeza
y la riqueza
al alimón.

Que a mi equipo yo idolatro…, etc.

¡Perdiendo estamos por uno!
ELIZAGA,
gran maestro y oportuno,
le larga un pase a RIOJILLA,
quien, desde la misma orilla,
¡zas! al balón la red traga.

No se sabe
de derrota
donde no hay nota
de furor;
y el “Pasajes”
desparrarma
donde clama
su valor

Que a mi equipo yo idolatro…, etc.

Cuando el empate acaece,
cosa extraña,
el peque RIVAS se crece,
y MURILLO, el artillero,
dispara un obús certero
que da en la diana con saña.

Se contesta
muy prontito
a aquel grito
de amistad,
con un tanto
sin fractura
de factura
magistral

Anastasio Rubio Arrieta