MUERTE DE LA SEÑORITA GOMEZ

La Unión Vascongada, 1899-02-08

Nuestro querido amigo, el capitán-teniente de carabineros retirado, D. Eduardo Gómez, de Pasajes, ha tenido la inmensa desgracia de ver morir ayer, cuando la felicidad le sonreí­a, a una de sus preciosas hijas, la señorita Jesusa Gómez de Orbegozo.
Una rápida enfermedad, que los solí­citos y cariñosos cuidados de los suyos no han podido vencer, ha llevado al sepulcro a la señorita Gómez el mismo dí­a en que la alegrí­a debiera haber reinado en aquella casa festejando su cumpleaños.
Ha muerto a los 18 de edad.

(MÁS) PUÑALADAS EN PASAJES ANCHO

El Guipuzcoano, 1890-03-21

Ancho es hoy una localidad populosa. Existe allí­ gran movimiento comercial, y el puerto, como sus almacenes y como sus canteras, ocupan y sostienen a multitud de obreros.

En los dí­as festivos, los dos agentes de vigilancia que allí­ prestan servicio son insuficientes para atender a los mil incidentes que la exaltación alcohólica produce en los muchos aficionados que frecuentan el centenar de establecimientos de bebidas que allí­ existen. Y lo peor del caso es que aun cuando hay unas ordenanzas que prohiben que dichos establecimientos estén abiertos a las altas horas de la noche, los dueños de aquéllos, para quienes, a lo que se deduce, no son muy exigentes las autoridades locales, no prestan gran atención a lo que en ellas se prescribe.

El incendio de ayer

El Eco de San Sebastián, 1888-05-17

A las tres y cuarto próximamente de la tarde de ayer, una fuerte detonación puso en alarma a los vecinos de Ancho, Pasajes, y fuerzas militares de San Marcos.

Una espesa nube de humo que sella de la fábrica de petróleo de los Sres. Viuda de Londaiz y Mercader, situada en Molinao, era señal evidente de que habí­a ocurrido alguna catástrofe.
Los viajeros llegados á esta ciudad en el tren mixto fueron los primeros que trajeron la noticia, e inmediatamente nos encaminamos al lugar del siniestro.

El Crimen de ayer

El Guipuzcoano, 1889-07-21

Con la velocidad del rayo cundió ayer en esta ciudad la nueva de que en el vecino puerto de Pasajes, en el barrio de Ancho, habí­ase cometido un horrible crimen.

Reconoce éste como inmediato móvil, según se desprende de lo ocurrido, los celos. En efecto: hace ya largo tiempo que la llamada Manuela Antia, viuda, de 39 años y estanquera de aquel citado barrio, vení­a sosteniendo relaciones ilí­citas con un sujeto llamado Basilio Vallejo, casado y de 37 años natural de Tapia (Burgos), hoy sargento segundo licenciado del cuerpo de miqueletes.

Ya anteriormente, por discusiones í­ntimas, prodújose una desavenencia entre ambos, y la Manuela le acusó del robo de 300 pesetas, por cuya causa fue detenido el Basilio. Pero, tan pronto como se halló libre, volvieron á sus antiguas relaciones.

El Crimen de Ancho (El Guipuzcoano)

El Guipuzcoano, 1890-03-19

Consideraciones

A la hora en que damos principio a las presentes lí­neas desconocemos aún el resultado que podrán arrojar los debates de esta célebre causa.

¿Cuál será el veredicto del jurado? ¿Habremos de escribir al final de esta revista la fatí­dica palabra de muerte? ¿Habremos de ver por vez primera en esta noble y generosa tierra euskara, la frí­a ley caer como pesado losa de plomo para condenar con la última pena a uno de nuestros semejantes? A un ex-miquelete que tantas .veces expuso su vida en los campos de batalla.

Desgracia en pasajes

La Unión Vascongada, 1897-12-12

En la vecina villa de Pasajes ocurrió ayer tarde un suceso dolorosí­simo que ha impresionado hondamente el ánimo de cuantos lo presenciaron.

Un tren de mercancí­as, el núm. 1.000, que de aquella estación habí­a salido con dirección a nuestra ciudad a las 4’35 de la tarde, arrolló a una infeliz criatura de 12 años de edad, fracturándole completamente la pierna derecha en su tercio inferior.