Los Tres Pasajes nº 6, 1948

MACHACO Y CHUCHO, CON GANADO DE LASTUR,
TUVIERON QUE SALIR CUSTODIADOS POR LA BODEGA DE BERDASCO

“En nuestra sin par plaza de toros, construida exclusivamente para este gran acontecimiento taurino, se celebrará el magno desafí­o entre los nunca bien ponderados matadores “Machaco” y “Chucho”, que se las entenderán con dos magní­ficos novillos-toros de la renombrada ganaderí­a de Lástur”.

Así­ decí­an los programas de mano anunciando la becerrada en que los aficionados Sres. Garayartabe y Garitaonandia se las iban a entender con dos escuálidas cucarachas procedentes de Lastur en la plaza que, a tal efecto, se habí­a montado en el patio de la Cochera, es decir, en el que ocupa la casa denominada de “los bolos” y donde actualmente se celebran las capeas de embolados. La plaza se montaba a base de bocoyes, cedidos por D. Francisco Otaegui, y tablones de los contratistas Sres. Landa e Inchaurrondo, estando los toriles en la cuadra de “Jangoikua”, famoso boyero del puerto.

La ví­spera se trajeron los cornúpetos a las 9 de la noche, constituyendo un acontecimiento y un rato de expansión cuando soltaron un buey de Jangoikua que hizo las delicias de muchos aficionados…

A la mañana siguiente, y muy temprano, ya se empezó a disfrutar del festejo de la tarde. En el kiosko que fué del Sr. Berroa pusieron grandes carteles que decí­an: “Sol”, “Sombra” y “No hay billetes”. Hubo elementos de las cuadrillas que ya se ataviaron con los trajes de luces al amanecer y no se los quitaron hasta dos dí­as después. ¡Qué discusiones tan acaloradas se suscitaron, en la hora del vermouth, entre los incondicionales de ambos matadores! Que si Machaco le tumbarí­a antes, que si Chucho harí­a el Tancredo, que si por gaoneras, que si por galleras… en fin: que aquello era un maremágnum en el cual tomaban parte ambas cuadrillas, refrescando los ánimos con continuas libaciones.

A las dos de la tarde se reunieron en casa de Berdasco, y en sendos coches, magní­ficamente engalanados, fueron a Lezo a tomar el rico “moka” y lo “otro”.

Con más de tres cuartos de hora de retraso llegaron.. BIEN… a calmar las iras del respetable (forastero, porque al de casa no nos cogí­a la cosa de sorpresa) y a demostrar las grandes condiciones taurinas de ambos matadores.

Se inició el despeje, corriendo la llave Errechil, montado sobre el caballo del carnicero, D. Fidel Sancho (q. e. g. e.) con los matadores antes dichos, actuando de banderilleros, Ceballos alias “Veneno”, Machain (a) “Terremoto”, el barbero “Minuto”, Atilano y otros cuyos nombres mi memoria no conserva. Las mulillas eran los caballos de Cortajarena y Dalmases, conducidos por Aberneta, el de los aceites.

La plaza ofrecí­a un magnifico aspecto. Todos los balcones abarrotados de público, así­ como también las aceras de la “frontera”, su escalera y todo el perí­metro de la improvisada plaza. De la lidia de ambos becerretes, nada os quiero contar, pues aquello era un “jubileo”. Hubo banderillero que colocó una banderilla en una oreja y la otra en el rabo.

Los matadores salieron ambos por la bodega de Berdasco, escoltados por Shantus y un miquelete; pues recuerdo que Machaco le pegó 32 estocadas y Chucho no sé cuántas porque… se acabaron los números del marcador, siendo el héroe de la tarde el sin par Errechil, que fué el que tumbó a los dos bichos de dos puntillazos.

Como remate de la fiesta, se reunieron al dí­a siguiente nuestras autoridades y las cuadrillas en un banquete que tuvo lugar en la misma plaza, acabando la jornada con la lidia de otro buey de Jangoikua.

M.