Los Tres Pasajes, nº 17, 1959
En esta foto, que tiene ya 33 años, encontrará el lector a varios viejos amigos, de los cuales la mitad –Joshé Mari Goicoechea, Otegui, Echeveste y Gaztelu– no son ya de este mundo. De todos ellos, nuestro antiguo colaborador KASKHETAS hace una interesante semblanza. (Foto, Photo Carte: San Sebastián.)
Después de una brillantísima temporada, el «Pasayako Lagun Ederrak» ganó el Campeonato Nacional de Fútbol de la serie B. Llegaron a la final badalonenses y pasaitarras, que fueron dignos rivales. Dos encuentros con sus correspondientes prórrogas y, finalmente, ganaron los nuestros por un tanto a cero.
Durante mucho tiempo, «Mochelin» y sus coequipiers fueron personajes casi legendarios. Se les hizo un recibimiento apoteósico, y los agasajos subsiguientes culminaron en tan estupendo banquete que tuvo lugar en el ya por entonces acreditadísimo restaurante sanjuandarra Casa Cámara, donde se reunieron en torno de los bravos jugadores más de cien comensales. De todo aquello hace ya la friolera de 33 años.
Pues bien: terminado el ágape, y antes de disgregarse la concurrencia, hízose la presente foto, que tiene, por lo tanto, categoría de histórica, junto al kiosko de la música de la plaza.
Los ocho que en ella aparecen son, de izquierda a derecha: Juan Goicoechea, Domingo Sarasúa, Leonardo Otegui, José María Goicoechea, Pedro Zaballos, Salustiano Echeveste, Antonio Gaztelumendi y Teófilo Goicoechea. El lector que peine ya canas o que no tenga ya nada que peinar, los identificará inmediatamente a poco que se fije
Dos de los tres hermanos Goicoechea, así como Sarasúa y Zaballos, viven todavía y… que sea por muchos años. Los restantes, Otegui, Joshé Mari Goicoechea, Echeveste y Gaztelumendi fallecieron.
Juan Goicoechea, empleado entonces en la Comandancia de Marina de Pasajes lo sigue siendo hoy de la de San Sebastián. Fue directivo de varias sociedades locales, como «La Armonía» y la «Musical», habiendo llegado a ocupar la presidencia de esta última. En la actualidad continúa siendo elemento activo e influyente de «Lore Chorta».
Aunque Sarasúa es apellido caracterizadamente oriotarra, Domingo es hijo de Pasajes donde vivió largos años; hoy reside en San Sebastián. Los años, que tantas cosas logran cambiar, le han apartado del todo de sus aficiones juveniles…
Como muchos recordarán, Leonardo Otegui –más conocido por «Garibaldi»– tenía, al margen de su oficio de moldeador, grandes aficiones musicales y notable disposición por el canto. Era hombre jovial y divertidísimo ¡Aquellas reuniones en el bar Beldarráin, donde hoy está el Banco de Vizcaya, de las que eran asiduos, también, entre otros,Enrique Elola, encargado de Luzuriaga, Genaro Gal, etc!…
José María Goicoechea, cartero en Pasajes durante muchos años, fue, además, músico de la banda y gran devoto de las humeantes y sabrosas «cashuelas»… Los años no pudieron hacerle olvidar del todo sus inclinaciones y aficiones, que conservó hasta el fin de sus días.
Pedro Zaballos Suero, más conocido por «Porru», fue durante 40 años cartero mayor. Hoy, cumplidos los 66 de existencia, continúa inalterable al buen humor que tuvo siempre… pese a que el cielo le obsequió con siete hijos. Que…. ¿de donde le vino el remoquete de «Porru»? Del nombre por el que era conocido el dueño de un batel con el que, teniendo 15 años, ganó Zaballos una regata.
Antonio Gaztelumendi –Gaztelu, para todo el mundo– había nacido en Lezo, donde vivió primeramente y luego en Pasajes, trabajando muchos años en Luzuriaga en su oficio de fundidor. Por sus devociones populares y su jovial simpatía tenía en Pasajes muchísimos amigos, lo mismo que en Lezo y en Rentería.
Inseparable de «Garibaldi» y «Gaztelu» fué Salustiano Echeveste, que estuvo empleado en Luzuriaga durante más de 40 años. Ni que decir tiene que el finado progenitor de nuestro querido amigo Tomás Echeveste sería hombre jovial y alegre, por aquello del «dime con quien andas…» Nacido en Rentería, residió allí y luego, sucesivamente, en Tolosa y Pasajes. Pero la verdadera pasión de Salustiano fue la música, habiendo pertenecido a la banda y al orfeón de su pueblo nativo, a la banda de Tolosa, a «La Armonía» de San Sebastián, y también a la de Pasajes; tocando en todas ellas su instrumento favorito, el cornetín. En los «conciertos» que se organizaban en el desaparecido bar Beldarráin, Echeveste era el imprescindible director.
Y hemos llegado al último de la derecha: Teófilo Goiceochea, –actualmente vecino de Alza y comerciante instalado en la calle de Iparraguirre. Muy amante de las «cashuelas», se dice de él –y alguna razón habrá para que así se diga– que siempre llega a la mesa puesta…
Con lo que damos fin a esta somera evocación de los felices tiempos en que el Pasayako, venciendo por 1-0 al Badalona, se clasificó campeón de España, llenando de júbilo con aquel triunfo al pueblo de Pasajes, tan amante de todo lo suyo, tan trabajador y tan alegre…
Kashketas