Los Tres Pasajes, nº 16, 1958
con su Delegada local,
María Altamira Puente
que pronto será construída en San Pedro
Desde el 24 de Febrero de 1.937, en que fue, fundado –son ya veintiún años de ininterrumpido funcionamiento– dieciséis, figura al frente de la Delegación local del Servicio la entusiasta, inteligente y activa señorita María Altamira Puente.
Nada más práctico para informarnos de algunos pormenores relacionados con el funcionamiento de Auxilio Social como solicitar una breve entrevista con la sañorita Puente, que, amablemente, accede a nuestro propósito.
Ya estamos frente a ella en el comedor de su domicilio. Escuchémosla.
El 25 de cada mes es el día señalado para retirar, contra entrega, del cupón correspondiente, los racionamientos que, debidamente empaquetados, remite a Pasajes la Delegación Provincial. Estos racionamientos comprenden los siguientes artículos: Arroz, patatas, alubias, lentejas, garbanzos, macarrones, queso, azúcar y leche en polvo.
Independientemente de este racionamiento mensual, Auxilio Social distribuye a sus atendidos habituales, por la Pascua navideña, uno de carácter extraordinario.
El que se entregó durante la Navidad última se componía de lo siguiente:
Bacalao, carne, naranjas, chorizo, aceite, conservas, azúcar, higos, turrón, una coliflor, jabón, vino dulce y galletas. Más 26 canastillas de ropa para niños y adultos.
También suele haber otro extraordinario de juguetes durante la festividad de Rayos.
Paralela a estas atenciones materiales, Auxilio Social de Pasajes desarrolla una incesante labor espiritual que se concreta principalmente en la Comunión de los niños y de los enfermos; y por su mediación, dos de estos –uno de San Pedro y otro del Poblado de Franco– han peregrinado gratuitamente hace poco a Lourdes, acompañados de la propia Delegada, la señorita María Altamira Puente.
–Sí, señor… Es un bello proyecto con el que todos estamos encariñados. Será como el broche de oro de la obra que viene realizando Auxilio Social de Pasajes, y la primera con que contará la provincia de Guipúzcoa.
—¿Su costo aproximado?
–Entre las 600.000 y 800.000 pesetas.
—¿Quién las facilita?
–Puesto que la idea cuenta con la decidida protección de la Delegación Nacional de Auxilio Social, la aportación principal correrá a cargo del Estado. Y luego se cuenta con importantísimas subvenciones del gobernador civil, señor Del Moral; de la Diputación de Guipúzcoa, del Ayuntamiento de Pasajes y de algunos particulares y entidades.
—En ese avance presupuestario que nos ha dado, señorita Puente, ¿está incluido el importe del terreno sobre el cual se ha de levantar la guardaría?
–No, señor. El terreno lo cede desinteresadamente el Instituto Social de la Marina.
—¿Quién es el arquitecto autor del proyecto?
–El proyecto ha sido confiado a don José Antonio Elizalde, el mismo arquitecto que ha hecho todo el Poblado.
—¿Cree que será pronto realidad ese bello proyecto?
–Seguramente, dentro de los seis u ocho primeros meses después de la colocación de su primera piedra.
—¿Se dará solemnidad a esta ceremonia simbólica?
–Supongo que no, porque el jefe Provincial de la Obra no es amigo de primeras piedras, sino de edificios completos…
—¿Se puede anticipar algún detalle acerca del mismo?
–Lo único que se puede decir de él es que será un edificio de una sola planta y dispondrá de todos los servicios –médico, enfermeras, maestra, etc.– inherentes a los más perfectos establecimientos de su clase; además de una preciosa capilla.
—¿Cuál será su capacidad?
–Podrán ser recogidos en él de cincuenta a sesenta niños desde el momento que nacen hasta cumplidos los cuatro años.
—¿Podría decirnos algo acerca de su funcionamiento?
–Previamente a su puesta en marcha, se constituirá una especie de Patronato en el que tendrá eficaz intervención la Asociación de Hijas de María, integrada por antiguas alumnas de la Reverendas Madres del Colegio de la Asunción, del Alto de Miracruz. Estas distinguidas señoritas, dispuestas a colaborar con entusiasmo en la proyectada obra, son las que actualmente llevan con cariño y acierto insuperables la labor de catequesis y un dispensario en el Poblado de Franco y las que atenderán con mimo verdaderamente maternal a los pequeñuelos que acoja nuestra Guardería. Será algo magnífico, ya lo verán ustedes. Como que cuenta con el entusiasmo del delegado provincial, don José Ramón Acosta, y el gobernador civil la ha adoptado también como su obra predilecta. Sin contar, claro es, con las promesas de apoyo incondicional que tenemos de la Delegación Nacional. Todos queremos que, al ser la primera Guardería Infantil de la Provincia y la que, por lo tanto, ha de dar la pauta a las que posteriormente puedan ir creándose, resulte algo digno de la importancia de Pasajes y de ejemplo para los extranjeros que, a su paso hacia el interior, dada nuestra proximidad a la frontera, nos visiten…
La señorita Puente nos habla del entusiasmo de los demás, pero en sus palabras hay un calor del que fácilmente se trasluce el que ella tiene también puesto en el magnífico proyecto, calor derivado sin duda del fuero que en su alma, tan íntima y esencialmente femenina, arde por los niños. No en vano en toda mujer hay una madre en potencia, y en María Altamira –cuyo corazón burgalés es hoy casi totalmente guipuzcoano– aquella natural propensión está –por su temperamento, su cultura, su sensibilidad y su educación– cifrada al máximo.
Y el, informador, que también ama mucho a los niños, no puede dejar de contagiarse del entusiasmo general que advierte en torno a este bello proyecto de la Guardería Infantil del Poblado de Franco, que será el primero que se erija en Guipúzcoa, y, esto es, asimismo, muy importante.
Damos por terminada nuestra entrevista; y ya escaleras abajo, todavía percibimos las siguientes palabras de la señorita Puente:
–No deje usted de decir que Auxilio Social de Pasajes está muy agradecido al pueblo, que nunca dejan su Delegada irse con las manos vacías…
L. U.