Los Tres Pasajes, nº 11, 1953

Parece ser que este año el arte del Cúchares no ha querido venir a tener su representación, seria, en nuestros populares Sanfermines y es una lástima porque con su variedad de cuadros siempre dio un bello colorido a la fiesta.
Para nosotros, los viejos aficionados, esto es como una señal de luto y así­ lo tomamos pretendiendo rendir un homenaje a la memoria del que fue, digámoslo así­, creador de las corridas de toros en nuestro querido «choco» hace la friolera de treinta y cinco años.
A mí­, como viejo entusiasta y aficionado que soy, me serí­a muy difí­cil hacer una pequeña narración de lo que son las corridas de toros en Pasajes sin poner en relieve el nombre del que fue el aficionado número uno y cuyo nombre no serí­a necesario mencionar para que por la mente de los pasaitarras cruzara aunque no fuera más que como una ráfaga de viento. No sé si estas lí­neas llegarán a ver la luz del dí­a; más por si la suerte no me fuera adversa, como espero, expreso el deseo de que en la Revista «Los TRES PASAJES» queden grabadas en letra de molde como fiel homenaje a la memoria del que en vida se llamó

FLORENTINO GARAY (a) «MACHACO»

¡Un año hace que, por última vez, lo vi en la calle. Era una tarde calurosa. Toreaban en Pasajes los dos hermanos Romero. Florentino sufrí­a una penosa enfermedad que le obligaba a guardar cama, pero era tan grande su afición a las corridas de toros que, sacando fuerzas de donde no las habí­a, abandonó la cama y, desafiando a aquella enfermedad que más tarde le separó de nosotros, solo y con paso firme, cruzó las calles, en medio del gran bullicio, para penetrar en el «Coso» con la misma arrogancia que lo hací­a en la plaza de San Sebastián los dí­as de grandes corridas de toros.
Por este hecho y por el otro de coincidir la suspensión de esta fiesta con el año de su muerte no puedo menos de considerarlo como una nota de pésame para todos, porque al fin, en las cuestiones taurinas «Machaco» fue una personalidad.
Y ya que han salido a relucir como toreros los hermanos Romero, no serí­a justo terminar esta página sin dedicar unas lí­neas al pequeño Julito, ese niño torero que habréis podido y podéis contemplar entre los «chaveas» pasaitarras, jugando unas veces al futbol y otras a canicas; a ese chaval que, a pesar de sus pocos años, ha sabido conquistarse en las plazas las simpatí­as de los pasaitarras, donostiarras y tolosanos lo mismo que el de otros pueblos y capitales, y no por su edad sino por él arte y valentí­a que derrocha ante los astados.

Este chaval es madrileño, pero la afición no sólo de aquí­ si no también de fuera, ha dado en llamarle «el torero de Pasajes» y los pasaitarras, orgullosos de su torero han creado una Sociedad que se titula Peña Romero, en la cual está proclamado como el torero más joven de España que tiene una Peña taurina a su nombre.
Es una pena que este año no podamos aplaudirle en la plaza, pena que él sentirá también por que nos quiere y sabe que le queremos, pero nos queda el orgullo de Saber (con mayúscula) que por donde quiera que vaya irá cosechando triunfos, y que en una fecha de un año no lejano, vendrá a visitarnos con traje de luces o traje campero, como sea, pero vendrá a recoger las palmas que hoy no podemos ofrecerle y quizá luego podamos hacerlo a los acordes de un pasodoble torero que lleve por titulo su nombre. Vendrá porque Julito Romero encontrará siempre en Pasajes su Peña de amigos y con ellos despertarán los gratos recuerdos, de sus juegos de niño.
¡Animo, pequeño Julito! A triunfar hasta que la gente diga a tu paso: ahí­ va Julito Romero el Grande.

Termino felicitando a los organizadores de la Peña taurina por su formación, deseándoles mucha suerte y mucho acierto para vencer todas cuantas dificultades se presenten para seguir manteniendo la popularidad que Pasajes tuvo siempre con sus corridas de toros.