Los Tres Pasajes, nº 5, 1947
Un muy querido amigo nos mostró, incidentalmente, la foto que ilustra las presentes líneas, y… no supimos sustraernos al deseo –más bien que deseo, verdadera tentación– de publicarla en Los TRES PASAJES. Accedió; y gracias, pues, a su amabilidad, pueden los lectores contemplarla.
¡Cuántos recuerdos –agradables y de los otros, aunque éstos no deben ser tenidos en cuenta…– evocará este delicioso documento gráfico de los tiempos primitivos de la banda de música de Pasajes!
Obtúvola una mañana de domingo de 1906 aquel afamado fotógrafo de San Sebastián que se llamó A. de la Barrera y que tenía su estudio en el número 9 de la calle donostiarra de Urbieta.
¡Tiempos heróicos de nuestra banda en que todos los componentes de la misma, además de tocar gratis, satisfacían a la Sociedad de que aquélla dependía una cuota mensual de una peseta! ¡¡Una peseta de las de entonces!!
¡Tiempos heróicos de nuestra banda, en que cada músico se costeó su uniforme!…
Por cierto: este punto del uniforme encierra su anecdotario, simpatiquísimo desde luego, y muy graciosamente pintoresco a causa de la distancia, que de él nos separa en el tiempo…
Los uniformes –eran 34 los componentes de la banda, incluido el director– se adquirieron en la sucursal en Hendaya de una de las más importantes firmas del ramo de París.Y costaron… ¿cuánto diréis que costaron? Pues… 32 francos el uniforme completo, puesto en Pasajes.
Para cerrar el oportuno contrato con la casa proveedora de los uniformes realizaron, en comisión, un viaje a Hendaya los músicos de la banda Isaac Zabalbeascoa y Félix Iriberri (sub-director). Presidía a la sazón la Sociedad sostenedora de la banda el popularísimo y entusiasta D. Juan Valverde, padre de tres conocidísimos convecinos pasaitarras, uno de los cuales, el buen amigo Ricardo, figura, desde la fundación de LOS TRES PASAJES, a la cabeza de los principales colaboradores de esta revista.
Fue, precisamente, D. Juan Valverde el alma de la campaña para que la banda fuese debidamente uniformada. Y al fin, como se ve, se salió con la suya… Y… ¿el estandarte? Se adquirió por suscripción, siendo bordado por Angeles Valverde, hija del presidente mencionado, y por la esposa de un tonelero, a la sazón muy conocido en Pasajes, llamada Tomasa Rosell.
La banda de Pasajes, de la que era director entonces el popularísimo Shantus Uranga, concurrió a varios certámenes musicales, consiguendo muy valiosos premios. Recordemos, especialmente, dos concursos celebrados en Eibar, donde nuestra banda consiguió una brillante clasificación.
Repasemos, muy despacito, la histórica fotografía…
Comenzando por la primera fila superior, encontramos de izquierda a derecha, a Enrique. Minchero, en primer lugar.
Tras él se halla Manolo Huércanos, seguido del otro Minchero (Arturo).Y seguidamente: Miguel Inchaurrondo, Ignacio Goicoechea, José Valverde, Racón Nolla, Isaac Zabalbeascoa, Francisco Tizón, y José Bastida.
En la fila segunda vemos a: Alberto Sans, Braulio Martínez, Ernesto Tizón, Juan Arrillaga, Miguel Zala, Pedro Moreno, Félix Iriberri (sub-director), Jenaro Urdániz y Julián Radigales.
Vayamos a la tercera, siempre en la misma dirección: Ignacio Rojo, Antonio Gárate, Serafín Moreno, Gonzalo Zabalbeascoa y José María Goicoechea.
Finalmente, la cuarta fila: Paulino García, Abelardo Velasco, Simón Bidart, Paco Sinisterra, José Torres, Angel Radigales, Manuel Uranga, Santos Uranga, Pedro Zaballos y Juan Goicoechea.
Algunos, como Manuel Uranga –hijo de Santos, el director–, Sinisterra, los Zabalbeascoa, Zaballos, Goicoechea (Juan), Sans, Zala, Huércanos e Iriberri, viven, y que sea por muchos años; siguen en el pueblo y les vemos y saludamos varias veces diariamente.
Otros –Miguel Inchaurrondo, que se fué a Canarias; Juan Arrillaga y Jenaro Urdániz, que están en la Argentina; el abanderado García, que reside en Irún, y Antonio Gárate, residente en Asturias– remontando el vuelo, por azares de la vida, desaparecieron de Pasajes, acaso para siempre…
No pocos –los Minchero, Shantus Uranga, Nolla, los Tizón, Bastida, Braulio Martínez, los Radigales, Velasco, Bidart y José Torres– fallecieron, llevándose con ellos retazos de historia pasaitarra…
De otros, por último –José María Goicoechea, Ignacio Rojo y Pedro Moreno– se perdió la pista, al desaparecer del pueblo, ignorándose si son a no de este mundo.
Como fácilmente habrá sospechado el lector, esta foto hízose al pie de la iglesia del pueblo. Pues bien: aparte los músicos, podemos identificar, entre los curiosos: en primer lugar, al ex tonelero Sauca que, habiendo abrazado la carrera de las armas, hízose famoso, por sus hechos, en Africa, siendo justamente recompensado con una preciadísima condecoración (creemos que fue la laureada de San Fernando); el paisanito Sauca, que hoy debe de ser comandante, con residencia en Logroño, tiene un hermano que vive en la vecina Rentería.
Entre los curiosos de debajo de los arcos exteriores del templo: Calixto Alcorta y Miguel Garbizu.
Terminaremos esta glosa informativa a una vieja fotografía recordando que el más antiguo socio protector de la banda, Federico Marticorena –verdadero decano de los cotizantes– sigue –y que también sea por muchos años– al pie del cañón, con el mismo entusiasmo de siempre…
¿No habrá pensado nunca el buen Marticorena en que casi sería rico si tuviese en un rincón todo lo que ha dado para la banda?
Lucio Ulia