Pasajes nº 10, 1936
Cuando se redactaba el proyecto de dictamen del Estatuto Vasco, una de nuestras preocupaciones fue la de orientar la vida futura del puerto.
Pasajes es el primer problema económico de Guipúzcoa. Es el puerto central de Euzkadi, con Bayona a la derecha y Bilbao a la izquierda. La salida natural de la producción de Guipúzcoa y Navarra dentro de la tierra vasca. Cabeza marítima y muelle de las rutas generales de Irún a Mádrid, Barcelona y Valencia. Une al puerto comercial, el pes […]
[…] yo aquella conducta política, que juzgo lealmente equivocada.
Pasó a una Compañía. Está realizó un buen negocio. Pero el puerto perdió su pleito. Y con el puerto lo perdió Guipúzcoa.
El Estado rescató el puerto con sus barracones y utillaje. Todo aquello parecía algo. En el informe técnico que precedió a su adquisición por el Estado, así se afirmaba. Pero, aquel informe era equivocado también. El puerto estaba sin armar. Cuanto en él había sólamente daba un saldo y éste era negativo: El costo de su derribo.
Un hombre al que el Puerto de Pasajes y Guipúzcoa serán deudores de gratitud eterna, Javier Marquina, con su carácter recio, certera visión, tenacidad de Navarro y celo de funcionario admirable, cortó en […]
¿Cuál va a ser su porvenir al través del Estatuto?
¿Quién debe terminar la construcción del puerto?
¿Quién ha de explotarlo?
Yo contestaría a esas tres preguntas, si de mí dependiera, de modo taxativo: El puerto para Guipúzcoa, que debe ser quien termine de construirlo y lo explote. En ninguna obra había de invertir sus actividades y esfuerzos que mejor resultado diera cómo impulsadora de la riqueza pública.
El Estatuto proyectado, en su redacción acomodada, no a la tesis maximalista de nuestro deseo, sino a la hipótesis de la posibilidad racional del avance probable, contesta afirmando que, el puerto de Pasajes, como el de Bilbao, serán objeto de convenio entre los Gobiernos Central y Vasco, por ser ambos de interés general, a diferencia de los restantes que, como de importancia local, pasan a la jurisdicción y economía plenas de Euzkadi.
A través de ese convenio se vislumbra una esperanza para nuestro puerto: Que su explotación se quede a cargo de la región. Si el Estado lo sigue atendiendo, acabará por ser un nido de burocracia, sin eficacia ni sentido comercial. Yo preferiría que todo él quedara para el país. Son muchos los que opinan lo contrario, pensando que los gastos de docenas de millones que aún penden en él, aconsejan que continúe formando parte del haber patrimonial del Estado, alimentándose con su presupuesto. Mas, aunque no pretenda mantener mis puntos de vista, compartidos escasamente dentro de la tierra vasca y rechazados por Madrid, lo que sí afirmo con plena conciencia es la necesidad de procurar por todos los medios adecuados, conseguir que no siga explotando el Estado el puerto de Pasajes: que lo exploten los usuarios: que lo explote Guipúzcoa: que lo explote el Gobierno vasco: todo, menos que en Madrid nombren sus empleados y dicten las normas y orienten las actividades mercantiles de una gestión que, desde el centro no tendrá jamás la eficacia y agilidad precisas para hacer de Pasajes el gran puerto que tantas veces soñé.
Manuel de Irujo
Diputado a Cortes por Gipuzkoa