Pasajes nº 4, 1930

Dos palabras nada más a nuestros lectores: Nuevamente aparece PASAJES. Su titular nos evita la explicación; debemos aparecer anualmente porque no encajarí­a a bien en otras épocas del año por muchas fiestas que nuestro Ayuntamiento y particulares organizaran. Con ello sólo conseguirí­amos desvirtuar la idea que concebimos al crear PASAJES.
Para nosotros esta modesta revista, que fue la primera que salió lanza en ristre a dar a conocer a Guipúzcoa entera lo que somos y lo que valemos, no nos guí­a otro interés que el seguir la trayectoria que nos propusimos: todo por PASAJES.
Y para nuestra villa, son y serán mientras subsistamos, todos nuestros más fervientes anhelos.
Con cierto ruboroso orgullo hemos de hacer constar nuestra primací­a en esta campaña anual de propaganda, pero es preciso que lo sepan cuantos normal y materialmente nos han ayudado y nos mueven ahora a proseguir la empresa que iniciamos y de la que nunca nos arrepentiremos, aunque, como ahora, el sacrificio sea sólo nuestro, personal; y contamos con el apoyo de cariñosos y entrañables amigos que saben apreciar el esfuerzo y la voluntad que ponemos en nuestro trabajo.
Y es más lamentable que opinen que es tirar el dinero, puesto que la propaganda de esta clase de revistas es ineficaz a todas luces.
No opinan así­ otros pueblos, acaso mejor dispuestos para ayudar a todo el que coopera de una manera u otra en beneficio del pueblo o con otra visión más clara de la propaganda local.
Su ayuda, aun insignificante, hubiera servido de estimulo a los que nos lanzamos a la aventura, acogidos únicamente al favor del público, que estamos seguros ha de ir acrecentándose, porque el ambiente popular en estas empresas tiene más comprensión que ciertas colectividades.
Y no cansamos más, lectores. Nuestra pequeña solvencia periodí­stica es de sobra conocida para que ahora volvamos a repetir los argumentos que un año y otro ha ocupado esta galerada.
Cumplimos con un deber y quisiéramos que todos en estos momentos hicieran lo mismo.
¡Ah! Se nos olvidaba algo primordial. Dar a todos, anunciantes, colaboradores y lectores, nuestras más rendidas gracias.

Los Editores
Julio de 1930