Pasaia Gaur nº 8, 1978
Las obras que se están realizando en la factoría de CAMPSA en el barrio de Molinao, junto con los rumores que circulan por la calle en torno a un aumento de su peligrosidad, nos han movido a buscar información en diversas fuentes y cuyos resultados de búsqueda son los que se presentan en el siguiente informe:
«Con fecha 29/12/76, el delegado regional de la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos, S. A. (CAMPSA) envió al alcalde presidente del Ayuntamiento de Pasajes un proyecto para la reordenación de la actual instalación de almacenamiento de Molinao (Pasajes), en servicio desde el año 1927, que se ajusta, según el delegado de CAMPSA. al nuevo reglamento de seguridad de parques de almacenamiento de productos petrolíferos (B.O.E. del 3/12/75).
Dicha reordenación supone los siguientes conceptos:
1. Supresión del almacenamiento y operaciones de manipulación de todo tipo de gasolinas y de otros productos inflamables en la futura instalación.
2. Supresión de la carga y descarga de camiones cisterna y, por lo tanto, de su circulación por los viales de ese municipio, ya que la instalación se utilizará solamente como almacén y el movimiento de productos se hará exclusivamente por tubería.
3. Ensanchamiento de la carretera o calle de Javier Marquina, ya que retranqueará el muro de cierre de la factoría en tres metros, en beneficio del citado vial.
Tras la información oficial pasemos a examinar lo precedente de la misma, así como las consecuencias de la citada reordenación.
En primer lugar hay que decir que la misma proviene de la necesidad que tiene CAMPSA de adaptarse al nuevo Reglamento de Seguridad de Parques de Almacenamiento de Productos Petrolíferos, necesidad recordada en diversas ocasiones por la Delegación Provincial del Ministerio de Industria, la cual obligaba a que no se almacenasen en la factoría de Molinao productos tipo B, gasolinas y productos inflamables. Los que se van a almacenar en el futuro van a ser el gas-oil (gasóleo tipo A) y el fuel-oil, que tienen el punto de inflamación superior a los 78° C y, por tanto, menor riesgo de incendio y explosión.
En el nuevo reglamento se indican las distancias mínimas de los depósitos a los viales y edificios, así como las capacidades de los almacenamientos de agua para el servicio contra incendios. Para cumplir con este requisito se van a destinar los tres depósitos situados en la parte posterior, junto al caserío. Por otra parte, la tubería que anteriormente se utilizaba para la gasolina, que venía desde el puerto, se va a utilizar para suministro de agua salada.
En el segundo concepto de la reordenación se indica que se suprimiría la carga y descarga de camiones cisterna, pues el movimiento entre el puerto y la factoría de Molinao, así como entre ésta y la de Rentería, se hará exclusivamente por tubería, salvo averías en los equipos de transvase.
El lector que haya llegado hasta este punto se preguntará por la factura que pasará CAMPSA por suprimirnos el almacenamiento de gasolinas, por evitar el tránsito de los camiones cisterna por las calles de Pasajes y por ensanchar en tres metros el vial que va al barrio de Molinao. La respuesta está en que la capacidad de almacenamiento pasará de 26.800 a 40.000 m3, pues se van a construir un depósito de gas-oil para 16.000 m3 y dos para fuel-oil de 8.000 y 16.000 m3.
Ingenuamente se nos ocurrió preguntar por qué no desaparece la factoría de Molinao y CAMPSA trabaja solamente con la de Rentería. La razón que se nos dio fue que en ésta hay almacenamiento sólo para 19.000 m3 de fuel-oil y que el consumo medio diario es de 3.000, por lo que un cierre del puerto podría producir el desabastecimiento para la industria guipuzcoana.
Por necesidades de espacio, muchos datos sobre la factoría de Molinao no los podemos presentar, pero confiamos que en un próximo número lo podamos hacer.
Para finalizar este breve informe sólo nos queda esperar que los reglamentos se cumplan y ofrecer esta columna de PASAIA GAUR para ampliar o rebatir los datos expuestos.
J. M. R.