Los Tres Pasajes, nº 1, 1943

DON TEOFILO MARTIJA
Profundo sentimiento causó en la villa el fallecimiento –acaecido justamente a un mes de San Fermí­n– de don Teófilo Martija Oreja, médico municipal de Alza-Pasajes desde hací­a 28 años.
El señor Martija, persona afable y muy competente dentro de su profesión, era en el pueblo, donde gozaba de consideración y respeto generales, una verdadera institución.
Pocos serán los pasaitarras que a lo largo de cerca seis lustros no hayan desfilado por la consulta del señor Martija o a quienes éste no haya visitado en su propio domicilio.
Su larga experiencia habí­ale proporcionado un golpe de vista que muy pocas veces fallaba. La población doliente de Alza-Pasajes, a la que recibí­a y trataba siempre con paternal solicitud, acudí­a a don Teófilo con fe y seguridad de ser curada. De añadidura, su considerada solicitud para con los menesterosos habí­ale conquistado de antiguo una atmósfera de espesa simpatí­a que le ha acompañado hasta el postrero de sus dí­as.
Este sentimiento quedó patentizado bien elocuentemente en los funerales celebrados el dí­a 8 de junio en la parroquia de San Fermí­n y en el acompañamiento del cadáver hasta el cementerio de Alza, donde reposará para siempre.

PILAR OBESO
Veinte dí­as antes el 17 de mayo todo Pasajes habí­a vibrado de unánime y sincero dolor ante el óbito de una de sus convecinas más distinguidas y queridas, la señorita Pilar Obeso Herbe, hija de nuestros estimadí­simos amigos don Andrés y doña Agustina.
La Muerte, celosa de la í­ntegra felicidad de una familia por todos conceptos respetable, decidió sin duda asestarla un terrible golpe de cuya rudeza no pudiera reponerse jamás Y traidoramente se acercó al dichoso hogar realizando sin piedad sus crueles designios.
Pilar Obeso Herbe era una joven buena, inteligente, laboriosa y de acendradas convicciones religiosas. Amaba a los pobres, pertenecí­a a la Congregación de Hijas de Marí­a en calidad de celadora, y a la del Apostolado de la Oración, y era el brazo derecho de todos los negocios de su excelente progenitor. Amábanla por igual grandes y chicos, ricos y pobres, y la conducción de sus restos fue la más imponente y unánime manifestación de duelo de que Pasajes tiene memoria.

JUANITO SANS
El 11 de abril pasado falleció cristianamente don Juan Sans Sanahuja, a la edad de 38 años. Juanito era un excelente amigo nuestro desde los ya lejanos dí­as escolares, y sentimos profundamente su prematura desaparición.
Una rápida enfermedad le llevó en breves dí­as al sepulcro.
Descanse en paz y reciban sus deudos todos, especialmente su esposa, doña Emilia Zubeldia, sus hermanas Marí­a Mercedes y Lucila, y su hermano polí­tico Manolo Pisón la expresión cordialí­sima de la sincera participación que tomamos de la desgracia.