Los Tres Pasajes, nº 12, 1954

Que anteriormente fue recreativa y lleva más de medio siglo de existencia

Ya en nuestro número anterior nos ocupamos de esta simpática Sociedad. Pero lo hicimos con tanta brevedad, que prometimos al lector dedicarla en el de este año la atención que merece. Hoy vamos, pues, a cumplir nuestra promesa.
Y comenzamos por decir que, allá, por los años de 1903 ó 1904 –sin que podamos determinar la fecha exacta, porque las vicisitudes de los tiempos han venido a hacer desaparecer los primitivos papeles sociales– vino a convertirse en “La Armoní­a”, Sociedad de Socorros Mutuos, otra de carácter recreativo que existí­a en Pasajes.
Para tal finalidad, varios de los pasaitarras que la componí­an –Eustaqui Barbeito, Eustaquio Casares, José Zabala, Ignacio Garbizu, Rafael Gómez, José Alcorta, Ignacio Goicoechea, Manuel Gárate, Pedro Lapazarán, José Ostolaza y algunos más, cuyos nombres han podido escapársenos– celebraron una reunión en el domicilio de uno de ellos, precisamente el que encabeza la anterior relación.

El objeto de «La Armoní­a» naciente hace ahora alrededor de medio siglo era, sencillamente, aliviar la situación de los asociados cuando estos estuvieren enfermos, a cuyo efecto se fijó una modesta cuota de cotización (no tan modesta para aquella época, a decir verdad…): 2 pesetas al mes.
La Sociedad se obligaba a abonar a cada afiliado, en caso de enfermedad, la cantidad de 2,50 pesetas por dí­a; y 1,50, en el de accidente. Para la contingencia de fallecimiento del asociado, «La Armoní­a» abonarí­a a la familia de éste 2 pesetas por cada uno de los restantes socios.
Poco después quedaba registrada la nueva Sociedad, con el número 1 de las de su clase, en el Gobierno Civil de la Provincia.

Al ser creado el Seguro de Enfermedad, se tomó el acuerdo, en Junta general, de acumular el canon por accidente al estipulado estatutariamente para el caso de enfermedad; quedando éste convenido, a partir de entonces, en 4 pesetas diarias. Posteriormente, decidió «La Armoní­a» elevar su cuota mensual a 4,20 pesetas, régimen de cotización que ha seguido manteniéndose hasta este año de 1954, en que se ha fijado en 5 pesetas.
A tono con esta subida en el importe de las cuotas fue elevado también, el de ayuda al asociado, mantenida en 6 pesetas diarias por enfermedad, y 2, en el caso de fallecimiento.
Tal es la norma que sigue vigente en nuestros dias.

«La Armoní­a», que cuenta actualmente con 143 afiliados residentes en los tres distritos de la Villa, se halla regida por la siguiente Junta Directiva:
Presidente, D. José Cardona.
Secretario, D. Isaac Prades.
Tesorero, D. Marcelino Jimeno.
Contador, D. Marciano Conde (que desempeña simultáneamente funciones de cobrador de la entidad desde hace veinte, años).
Vocales: D. Lorenzo Chocarro, D. Luis Hernández, D. Benigno Laserna y D. Francisco Ferre.
Figuran en la nómina social con la categorí­a de socios honorarios los señores D Santiago Urí­a, D. Nicolás y D. Ignacio Garbizu, D. Francisco Echave, D. Tomás Mendí­a, D. Carlos Yarza, D. Robustiano Gómez y D. Enrique Zaldúa.

La Sociedad tiene su domicilio en el entresuelo de la casa número 4 de la calle Blas de Lezo, donde su Directiva se reúne una vez al mes para el despacho de las cuestiones que van surgiendo y donde se celebra anualmente la Asamblea general ordinaria para la reglamentaria renovación de directivos.
Hemos hablado extensamente de la Sociedad de Socorros Mutuos de Pasajes La Armoní­a. Y lo hemos hecho con el mayor gusto, muy complacidos de haber tenido oportunidad de contribuir a difundir algunos de los detalles internos de su funcionamiento, algunos referentes a su interesante historia de más de 50 años y los fines humanitarios y de caridad cristiana para que fue constituida; deseándola otros muy largos y prósperos lustros de vida.

El Conde Hugo