Pasaia Gaur nº 10, 1978

El entorno de la bahí­a de Pasajes agrupa un elevado número de empresas así­ como una aglomeración de personas muy elevada.

Tanto las empresas como las viviendas, han sido montadas sin tener en cuenta, en ningún momento (tanto por los Ayuntamientos como por los organismos dedicados a la conservación de la naturaleza y al cuidado de la salud pública) que todos los vertidos se dirigen a nuestra bahí­a, convirtiéndola en una cloaca sin la suficiente capacidad de desalojo, ya que se encuentra con una salida reducida, sujeta a los flujos de las mareas, lo cual hace que ésta sea un pozo ciego donde se van depositando todos los desperdicios de nuestra avanzada tecnologí­a.

En el año 1977 la media anual de contaminación por hidrocarburos era en mg./1:

Pasajes 1.108
San Sebastián 59,8
Vigo 15,3
Cádiz 226,8

(Fuente: Instituto de Investigaciones Pesqueras de Barcelona).

Las cifras lo dicen todo.

Las preguntas inmediatas que nos saltan a la vista son ¿qué previsión existe para un futuro? ¿Se va a realizar un estudio para solucionar el actual problema y el que más adelante se va a presentar con el aumento de la población y de las industrias?

Es correcto pensar que las industrias se deben agrupar en polí­gonos industriales, pero se debe tener en cuenta los vertidos, pues si las capitales no quieren las industrias cerca de ellas tampoco nosotros queremos los residuos.

Existen casos concretos como la regata de Txingurri que, por su situación, es un colector económico y que acepta todo lo que se le eche. Ante esto pregunto: ¿Dónde van los vertidos de Contadores, Arrue, Bidebieta II, Larratxo, La Paz, Ramón Vizcaí­no, Talleres de cromados y un largo etcétera? Esto sólo pensando en las empresas mayores y en las concentraciones masivas de población y que paradójicamente no pertenecen a los ayuntamientos de la bahí­a. Desconozco si pagan a alguien por estos vertidos o si tienen alguna obligación de preocuparse del problema, pero lo que si está claro es que contribuyen al mantenimiento del Ayuntamiento de San Sebastián, pero los desperdicios los mandan a la bahí­a de Pasajes.

La rí­a de Molinao es de poco caudal, lo cual hace que se pueda decir de dónde salen los vertidos.

Todas las empresas que se encuentran en su recorrido en su dí­a obtuvieron unas licencias de producción así­ como de vertidos. En la elaboración de sus productos entraban unos componentes determinados y el volumen de producción era menor que el actual, las empresas se han ampliado y en sus productos entran componentes altamente tóxicos, pues en la elaboración de pinturas entran productos a base de plomo, zinc, arsénico, entre otros muchos, así­ como en las industrias metalúrgicas se emplean decapantes muy tóxicos y en las fundiciones también el cinabrio aporta un porcentaje de los mismos.

Todos estos productos pueden ser recuperados y transformados en otros subproductos con lo cual se evitarí­a el peligro actual, pues todos estos elementos son inalterables en el agua y sus efectos tienen un poder acumulativo en cualquier organismo vivo y además no son eliminados por los mismos, bien sean plantas, animales o personas.

Lo que si queda fuera de discusión es el hecho de que en la rí­a se vertió no hace mucho tiempo una cantidad de pintura blanca (se publicó en la crónica de Pasajes) y como lo comentábamos se han vuelto a aprovechar las mareas más fuertes para hacer lo mismo, pues los dí­as 17-18-19 de mayo la rí­a, a las 3,30 de la tarde, bajaba con un color amarillo verdoso.

La rí­a de Oyarzun es el problema más grave, ya que la Papelera por sí­ misma es un grave problema y si a esto se le añade un polí­gono industrial como el que está a las afueras de Renterí­a y en terrenos del Ayuntamiento de Oyarzun ya deberí­a ser bastante, pero a esta situación le tenemos que sumar una población altamente industrializada como es Renterí­a con la fábrica de levaduras, talleres de cromados, tintorerí­as y un sinfí­n de industrias que hacen que la rí­a sea nauseabunda en todo su recorrido y por si este estado de cosas no fuera suficiente, existen desaprensivos sin escrúpulos que no vacilan en acudir con camiones cisternas a arrojar sus vertidos en la rí­a a la altura del matadero de Renterí­a.

En la zona de Lezo se montan industrias que vierten por la regata sin tener en cuenta las más elementales normas de higiene ni tan siquiera el más mí­nimo respeto con los residentes en la zona. Si a todo este conjunto se le añade la fundición de plomo, la fábrica de potasas, los astilleros, Iberduero y los carros de limpieza de barcos, el resultado es tan grave que cualquiera puede sacar las conclusiones.

Ante esta situación la flota atunera tuvo que dejar de entrar en Pasajes pues el cebo que llevaban en sus viveros no resistí­a la contaminación en aquellos años, creando un perjuicio económico no sólo a la flota, sino a todo el proceso de comercialización. Y si esto ocurrí­a hace bastantes años con el cebo ¿Qué puede pasar con los chavales que en la actualidad se están bañando en la zona de San Pedro? ¿Qué pasa con las anguilas que se pescan en las zonas más contaminadas y que luego se venden? Según dicen se van a Valencia.

Creo que el problema reúne unas caracterí­sticas tan alarmantes y a la vez tan conflictivas, pero no contradictorias, como podrí­a ser la seguridad de los puestos de trabajo, pero creo que tampoco se debe olvidar la salud pública y serí­a lamentable que por garantizar unos puestos de trabajo se olviden de la salud pública.

El poder hacer un estudio de la contaminación tanto marina como atmosférica requiere una dedicación según quien realice la labor. Supongamos que Sanidad coloca unos sensores y toma los datos en unas fechas y a unas horas en las que las condiciones atmosféricas favorecen la dispersión de los agentes contaminantes y supongamos que nosotros los realizamos en unas condiciones totalmente opuestas. El resultado no puede ser el mismo, por lo tanto consideramos que todos los trabajos deben ser en colaboración con Sanidad y los Grupos de Trabajo de los Ayuntamientos, pues ni la ubicación ni la cantidad de muestras tomadas (sin tener en cuenta las condiciones atmosféricas) por los sensores colocados, creemos sean correctos.

El mismo problema existe con la contaminación marina, pues una muestra tomada a las cinco de la mañana con la marea subiendo, no es la misma que la que se puede tomar a las seis de la tarde con la marea bajando, por lo cual consideramos que si queremos realizar una labor positiva es necesario que los Ayuntamientos estén dispuestos a colaborar en la labor, por lo cual, desde estas lí­neas y en este momento afirmo que si no podemos realizar una verdadera labor en beneficio de todas las comunidades que se sitúan en el contorno de la bahí­a, los únicos y verdaderos culpables serán los Ayuntamientos, los cuales con su indiferencia o con su desconocimiento de la materia favorecerí­an el desarrollo de la actual situación.

Ante todo lo anteriormente expuesto, las conclusiones que saco es que se debe formar un grupo de trabajo entre todos los Ayuntamientos, en el cual deberí­an estar integradas las sociedades deportivas y culturales, para planificar y organizar una campaña que sea verdaderamente positiva para todos.

R. Canal