Pasaia Gaur nº 8, 1978

NACIMIENTO, EVOLUCIÓN Y POSIBLE DESAPARICIÓN
DE LA FACTORÍA DE PASAJES

La Empresa Bianchi, S. A. nació alrededor del año 1945 de un almacén de vinos que estaba ubicado cerca de la estación. Más tarde y ante la necesidad de aumentar la producción se creó el edificio situado en la calle 13 de Septiembre, frente a Correos (que se puede apreciar en la fotografí­a).

La Dirección de esta Empresa fue invirtiendo capital y ampliando los medios de producción, abarcando el mercado nacional que por entonces no tení­a competencia en este ramo en Euskadi. Claro que esto no era debido a que la Dirección de esta Empresa invirtiera, pensando crear nuevos puestos de trabajo, sino, todo lo contrario, porque entonces la fuerte demanda así­ lo exigí­a. Al cabo de unos años abarcó parte del mercado internacional, al asociarse con Philips. En aquel entonces serí­an en plantilla 500 personas.

Continuando las inversiones de capital y motivados por la necesidad del mercado se crearon las factorí­as de Rekalde y Oria, y más inversiones que la clase trabajadora desconoce.
Paulatinamente en la factorí­a de Pasajes han ido desapareciendo los productos primitivos, creándose otros más modernos con la consiguiente automatización, cuyas consecuencias son conocidas por toda la clase trabajadora, y que se dio concretamente en Oria (cuando se automatizó una sección de Oria estuvieron sin trabajo 200 personas).

SITUACION ACTUAL
Actualmente los trabajadores se encuentran en esta situación: ¡La factorí­a de Pasajes tiende a desaparecer!

En producción: 21 obreros.
En indirectos: 46 entre encargados, oficinas y laboratorio.

En la factorí­a de Pasajes la producción es de juguetes electrónicos. El problema surge de que en Euskadi la fabricación de juguentes no es rentable, ya que pertenece a la rama del Metal, por lo que, según Dirección, el juguete sale muy caro (esto por los sueldazos que se llevan algunos, claro). Dirección, con algunos colaboradores que se llaman representantes de los trabajadores, ha arrancado a éstos unos trabajos que han llevado, por ejemplo, a Barcelona, en beneficio del capital, dejando a varios sin puestos, por lo cual ya ha habido traslados de obreras(os) a otras factorí­as Rekalde y Oria.

La situación no es nueva ni distinta a la de tantos y tantos trabajadores de Euskadi. La falta de previsiones, la defensa de los intereses del capital, las ansias por llenar las arcas cuanto antes sin plantearse la más mí­nima polí­tica económica a seguir y el problema socioeconómico que esta situación crea a los propios trabajadores conllevan siempre a que sean éstos los que se aprieten el cinturón al llegar las vacas flacas. Pasaia va sintiendo en su propia carne todo este problema y sabe que no le es ajeno todo esto. Ha habido crisis, cierres y los seguirá habiendo.
Sólo la lucha por unos planteamientos serios y consecuentes por parte de la unidad de todos los trabajadores vascos nos podrán ayudar a salir, hoy por hoy, de este atolladero.