Pasaia Gaur nº 7, 1977

El grave problema de la contaminación ha tenido amplio eco en Euskadi. La situación por la que atraviesa Bilbao a este respecto, los intereses monopolistas de ciertas empresas y personas por llevar a cabo lo que se ha denominado «Costa Vasca Nuclear», el problema de tantos y tantos rí­os contaminados, la continua búsqueda de distintas fuentes de energí­a, el talar tantos y tantos árboles, destruyendo de esta manera paisajes increí­blemente bellos, montes enteros que han desaparecido bajo las garras de la industria, la situación del problema sanitario en todo el Estado español, las masivas manifestaciones anti Costa Nuclear y anticontaminación llevadas a cabo, pegatinas, etc., han sido temas que llevan algunos años ocupando páginas de periódicos y revistas. A pesar de esta importante campaña, el problema del medio ambiente guarda, como una Caja de Pandora, un desconocimiento casi total de su alcance real.

Aquí­ en Pasaia, a raí­z del problema de la descarga de Butano, se aunaron fuerzas para combatir el graves estado actual de nuestra zona, la segunda más contaminada, tras la de Erandio, de todo el Estado español, de ahí­ que hayamos mantenido una conversación con Antxoko Hauzoa para conocer un poco más de cerca la problemática existente y de esta manera buscar el apoyo de todo el pueblo para su necesaria participación en esta lucha.

SANIDAD
En este tema tres han sido los problemas más agudos contra los que hemos tenido que luchar:

-Falta de asistencia sanitaria a los vecinos, concretada directamente en la situación del Ambulatorio (?) o Dispensario. Tras mucho papeleo burocrático, logramos que el Director del Ambulatorio se comprometiera a colocar unos filtros de aspiración del ambiente para evitar la humedad. Todos sabí­amos que el problema era más profundo e intentamos conocer la realidad a nivel de asistencia, para lo que nos dirigimos a los médicos, explicándoles cuáles eran nuestras intenciones y que nos explicaran cómo se encontraban a nivel de material técnico. A decir verdad, no nos concretaban demasiado esta situación, por lo que todo se quedó en denuncias, papeles y despachos.

-Farmacias. Nuestra intención era lograr en cierta manera un servicio permanente, porque nos dábamos cuenta que geográficamente si en Antxo no contábamos a veces con un servicio nocturno de farmacia, traí­a más cuenta ir a Renterí­a que a S. Pedro o a S. Juan. Ahora bien, o cambiábamos la estructura del Colegio de Farmacéuticos (verdadero milagro lejos de nuestras posibilidades) o pedí­amos la colaboración de los propios farmacéuticos del distrito. Comprendí­amos, por otra parte, que existí­a una falta de rentabilidad, ya que ese sacrificio no compensaba a nivel económico la inexistencia de farmacias para cubrir los turnos, por lo que ante la necesidad de medidas concretas, pudimos incluir la farmacia del barrio de Capuchinos de Renterí­a en el turno correspondiente a Antxo.

-Servicio Urgente de Ambulancia. Ante la inexistencia de servicios de ambulancia, nos dirigimos al Ayuntamiento para exponerle este problema, y lo único que se logró fue que el Jeep de los Guardias municipales pudiera abarcar este servicio, en caso de urgencia, por lo que se instaba al pueblo, para que en tal caso se dirigiera a la Alhóndiga.

MEDIO AMBIENTE
Uno de los primeros problemas que nos hicieron tomar cartas en este tema fue las posibles consecuencias de contaminación que podí­a presentar la instalación de una planta de fabricación de minio, solicitada en la pení­nsula de Capuchinos por D. José Ignacio Egúsquiza Cortina, Dr. Ingeniero de Minas, el dí­a 26 de julio de 1975 en representación de la Real Compañí­a Asturiana de Minas, S.A. La Asociación de Vecinos de Capuchinos habí­a hecho algo de cara a la concienciación del propio barrio, con respecto a este problema. Existí­a un informe técnico elaborado por SIADECO, basado más que nada en informes del Ayuntamiento y en algunas otras experiencias. De la R.C.A.M.S.A. no se habí­a podido lograr ningún dato, pues continuamente se cerraba en banda, ante cualquier tipo de información.

«Una empresa que se dedique a la fabricación de minio plantea serios problemas del tipo de contaminación atmosférica, en particular los debidos al plomo y sus compuestos. Por otro lado, en las ciudades donde existe mucho tráfico, el plomo contribuye a la contaminación atmosférica, por causas de un compuesto antidetonante (tetraetilo de plomo) existente en la gasolina. El «smog», formado por grandes cantidades de gases y partí­culas, forma una capa que impide la penetración de algunas de las radiaciones solares, tan esencialmente necesarias para la vida de la tierra.

«Tanto los técnicos de SIADECO como algunos médicos de Renterí­a que asistí­an a la coordinadora que se montó en aquella ocasión, afirmaban que el í­ndice de mortandad era mayor cuando el «smog» se «posaba» sobre nuestras cabezas, siendo los más afectados las personas con lesiones broncopulmonares. Se afirmaba que según estudios realizados, el 35 por 100 de las bajas en el trabajo son debidas a enfermedades de tipo respiratorio.

«Si tenemos en cuenta que los mayores responsables contaminantes son los vehí­culos de motor, en un 40-60 por 100 del peso total de los contaminantes de la atmósfera, y que por la carretera N-1 se calcula que pasan del orden de 12.000 vehí­culos/dí­a, unos 1.400 vehí­culos/hora en horas punta, nos podemos hacer una idea de cuál es la situación actual de la zona. Si a esto añadimos que el plomo está considerado entre los diez principales agentes de contaminación (tercero en un estudio realizado en el estado de Pensilvania, Estados Unidos), que afecta a las enzimas y altera el metabolismo celular, acumulándose en los sedimentos marinos, en el agua potable, en los alimentos y en el aire; que la Organización Mundial de la Salud atribuye al plomo efectos acumulativos, incluso mortales, a partir de ciertas concentraciones, en los casos de ingestión o inhalación reiteradas; intoxicaciones posibles aun con una sola exposición; que el lugar donde quiere ubicarse la planta para la fabricación de minio está situado en la pení­nsula de Capuchinos, situada en el término de Renterí­a, pero rodeado de las poblaciones de Lezo, Pasajes y Renterí­a, con una densidad de unos 5.000 hab./km2, que esta pení­nsula se encuentra en la zona baja de un valle, y debido a su orientación S-N supone un «embudo» lógico de penetración del viento, con dirección predominante Norte, con valores de velocidad máximo de 50 km/h. y medios de 18 km/h., por lo que ocasionarí­a la precipitación de los contaminantes entre unas distancias de 0,4 km. a 2 km. de la planta, y teniendo en cuenta a su vez que no es ni por gracia el único foco contaminante (ahí­ tenemos Iberduero, el Puerto, Alfa, V. L.), nos podemos hacer una idea de la importancia de este problema». (SIADECO). El informe consta de 18 páginas. Eto no supone más que un pequeño resumen.

-Butano. Antxoko Hauzoa lanzó a la palestra este tema por su posible peligrosidad. En este caso se contó, ante la necesidad de aunar fuerzas, con los grupos de trabajo del Ayuntamiento y con la Sociedad Kexaldi, creándose una especie de coordinadora que pasa ahora por sacar un informe detallado en bilingí¼e a nivel de las gestiones realizadas, etc.

-Victorio Luzuriaga. Se han tenido algunas entrevistas para tratar del problema de la polución y del aparcamiento para los obreros de la empresa. Tras estas entrevistas, se logró que en las nuevas instalaciones de la rebaba se colocaran unos filtros para evitar cualquier foco de contaminación. Pero hay que hacer notar que con esto el problema no está resuelto ni mucho menos, pues en las otras secciones, que se sepa, no se han colocado dispositivos importantes para evitar la contaminación del medio ambiente.

-Hoy por hoy se está asistiendo a unas reuniones que se llevan a cabo en Renterí­a para llevar a nivel de zona una campaña de saneamiento de las zonas más afectadas a nivel de suciedad y para plantearse hacia la primavera una campaña seria y amplia de desratización.

Ya para terminar hay que destacar dos cosas: Primera, que si los problemas son a nivel de pueblo, muy poco hacemos intentando solucionarlos a nivel de distrito, por lo que vemos imprescindible el llevar a cabo una serie de contactos con personas, grupos o asociaciones de vecinos de los otros distritos, para entre todos llevar una lucha común de aquellos problemas que nos afectan a nivel de todo Pasaia. Y segundo, que esto que estamos planteando aquí­ a nivel de pueblo o de distrito, pero, en todo caso, fuera de la realidad interna de cada fábrica, no va a tener mucha fuerza si a nivel interno, entre los propios obreros, entre las centrales sindicales, no se tratan estos problemas.

«Lo que es bueno para todos lo hemos de lograr entre todos».

Ortzadar