Gertakariak

Potí­n abandonado

El Guipuzcoano, 1890-05-02

El vigí­a del Puerto de Bayona vio ayer que sobre las olas flotaba una embarcación abandonada, que desde luego supuso fuese una de las que debieron perderse en el último terrible temporal.
El estado del mar no permitió en aquel dí­a salir en su busca y salvamento. Al siguiente, cuando pudo irse en su busca, la embarcación hallábase ya completamente destrozada.
Supúsose, desde luego, que la lancha fuese el potí­n en que habí­an embarcado los desgraciados náufragos de Pasajes, y un barco velero que salió de Bayona con rumbo a Pasajes tomó a su bordo un pedazo del casco del que se suponí­a potí­n de la matrí­cula del vecino puerto.
Con efecto, varios marineros de Pasajes han reconocido el casco como del indicado potí­n, y se están haciendo indagaciones para llegar al pleno convencimiento de la que sea la embarcación perdida.
En cuanto a los cuerpos de los infelices náufragos, no han aparecido aún por parte alguna.
Además, en las inmediaciones del puerto de Pasajes, varias embarcaciones han encontrado algunos remos, que se supone pertenezcan a varias de las lanchas costeras que se vieron en aprieto durante el último temporal.
Se han dado las oportunas órdenes para que estos remos sean recogidos.

Gertakariak

PEZ MONSTRUOSO

El Guipuzcoano, 1890-05-07

Los pescadores de Pasajes nos proporcionaron ayer una noticia muy curiosa.
Dicen que el 25 del mes pasado, los tripulantes de una lancha de San Pedro, vieron al Noroeste de la entrada del puerto, y como a dos millas de distancia del mismo, un pez enorme, delante del cual nadaban innumerables golfines. De cuando en cuando, dicho pez daba espantosos rugidos, que se oí­an a gran distancia.
Según los pescadores a que nos referimos, no es sólo el dí­a mencionado el en que han visto el pez monstruoso. Cuentan que los tripulantes de una lancha, que se dedicaba á la pesca por la noche, atemorizáronse una de éstas al oí­r los rugidos de un pez muy grande; y agregan que, no obstante, de que remaron briosamente, para alejarse del sitio en que parecí­an surgir los rugidos, éstos sonaban más inmediatos, cual si los persiguiese el monstruo marino a quien los atribuí­an. De repente, cesaron los rugidos, y los pescadores sintieron el fuerte rumor que producen, al agitarse con violencia, las aletas de los grandes peces, por lo cual presumieron aquéllos que uno de éstos hubiese encallado en algún bajo de la mar, durante la pequeña marea de la misma.
Y si, lector, dijeres ser comento,
como me lo contaron te lo cuento.

Gertakariak

EL TEMPORAL

El Guipuzcoano, 1890-04-27

Los naufragios de Pasajes

Hondamente impresionados con el conocimiento de la triste verdad regresamos ayer de Pasajes, donde acudimos con el afán de poner término a la cruel incertidumbre que nos embargaba igualmente que a los que sabí­an la noticia de que al anochecer de anteayer no habí­a regresado a aquel puerto una lancha con cinco tripulantes sorprendida por el temporal.
Trasladámonos a Pasajes de San Juan, de donde eran los tripulantes, y allí­ pudimos enterarnos de cuanto habí­a de cierto sobre el extremo que allí­ nos condujo.
¡La población marinera de Pasajes de San Juan cuenta, con efecto, con cinco ví­ctimas más, y en aquel puerto vierten lágrimas de dolor varias desconsoladas viudas y numerosos huérfanos!

(gehiago…)

Gertakariak

EL CRIMEN DE ANCHO (La Unión Liberal II)

La Unión Liberal, 1889-07-23

A las doce de la noche falleció la desgraciada estanquera de Ancho (Alza), Manuela Antí­a, herida gravemente en la tarde de ayer por Basilio Vallejo. Hasta el último momento conservó su conocimiento y daba honda pena a todos cuantos la rodeaban su inmenso dolor por dejar huérfana a su hija de 11 años.
El Basilio Vallejo fue echado del cuerpo de miqueletes hace más de un año por su mala conducta, y no han sido los celos causa determinante de su crimen, sino el no poder conseguir que la finada Antí­a satisfaciera sus exigencias de dinero. La desgraciada estanquera era muy apreciada en el barrio de Ancho y ha pagado muy duramente la debilidad que tuvo por ese hombre.
La niña no esttaba presente cuando se cometió el crimen, e ignoraba la desgracia ocurrida, porque con celo laudable y humanitario fue recogida a casa del señor Ostolaza, juez municipal de Alza, que procedió con actividad a formalizar las primeras diligencias. El médico señor Casares asistió a la herida con esmerada solicitud, sin separarse de su lado hasta que expiró, y prodigándole los posibles alivios en su desesperada situación.
Momentos antes de las doce, hora en que estuvimos en Ancho, era unánime el sentimiento entre aquellos vecinos para anatematizar el acto salvaje de Vallejo, quien conpró en Renterí­a la navaja con que llevó a cabo su crimen, en la misma tarde de ayer.
Causaba indignación en todos los viajeros de los tranví­as que cruzaron en el camino con el homicida, el ver su actitud descarada e insolente cuando vení­a conducido a esta ciudad por miqueletes.

Gertakariak

EL CRIMEN DE ANCHO (La Unión Liberal I)

La Unión Liberal, 1889-07-22

Ayer a las seis de la tarde se cometió en Ancho un crimen impropio de las costumbres de este paí­s.
Parece ser que desde hace bastante tiempo, Basilio Vallejo, natural de Burgos y exmiquelete de esta provincia, vení­a sosteniendo relaciones amorosas con Manuela Antí­a, viuda y estanquera en el pueblo lugar del suceso, origen de los hechos que más adelante vamos a referir.
Hace pocos meses que disgustada por la conducta que observaba Basilio, rompió la viuda todo género de relaciones con él y fueron inútiles todos los esfuerzos que hizo el exmiquelete para reanudar sus amores con Manuela.
Ayer se presentó Basilio en el Estanco solicitando de su antigua amada que reanudara sus amores con él: negóse Manuela, y el desairado amante, empuñando un cuchillo, se arrojó sobre ella y le infirió siete puñaladas, graves todas ellas.
Cayó al suelo la ví­ctima prorrumpiendo en gritos y voces de socorro, a los cuales acudieron muchas personas y varios miqueletes, a quienes se entregó el agresor, siendo conducido a disposición del Juzgado.
Manuela Antí­a, que se encuentra muy grave, es viuda y tiene una hija de unos 10 años.

Gertakariak

PASAIKO EZPIARRA

Euzkadi, 1934-02-18

Atzo eguberdian sartu zan Pasaiko itsasate edo portuan, “Juanita” deritxon itsasontzia. Itsasoan ondatu zan itsasontzi bateko itsastarrak ekazan. Izparrak azalduten dauskuenez olantxe jazo zan ezpiarra: goxeko laurak eta erdietan, Pasaiko itsasatetik ogei mila inguruan, “Virgen del Carmen” deritxon itsasontzia ebilan bere lanetan. Onetan “Dos Hermanos” itsasontzia bertaragino eldu zan. Alkarren aurka talka gogorren bat egin eben eta arrakalduta geratu ziran.
Andik alde gitxian ura sartzen zan itsasontzian eta itsastarrak gertau ziran itxasora jauzka egiteko. Geienak jantzi ebezan itsasoko prakak-eta. Ontzia ondatu zan. Ordu erdi igeri ebiltzan itsastar gaxuak baina otzaren otzaz eta olatu gogorren aurka egin ezinik itto ziran. Amabi euretariko galdu dira.

(gehiago…)

Gertakariak

Se salvó el piloto

El Fuerista, 1897-03-05

Al dar ayer noticia del naufragio del vapor Blanche decí­amos que habí­a perecido toda su tripulación, compuesta de 20 hombres.
Hoy debemos de decir que de los 20 náufragos se salvó uno, el piloto, llamado Lebaillif, de Burdeos.
El buque se fue a pique en los arrecifes que existen debajo de la casa del vigí­a, cerca del bajo donde se perdió el cañonero Tajo.
La sacudida que el buque sufrió al rascar los arrecifes hizo comprender al capitán que estaban sobre una roca y ordenó dar toda la máquina atrás, pero el buque no obedeció, por lo que bajó el capitán del puente y ordenó preparar los botes. En aquel momento el buque se hizo dos, partiéndose transversalmente por el centro.
El capitán con algunos tripulantes quedaron en la parte de popa y el resto en la proa, y unos arrastrados por las olas, y otros, que se arrojaron al agua esperando salvarse a nado, todos perecieron excepto el piloto, según arriba decimos.
M. Lebaillif vio desaparecer a todos sus compañeros que con él quedaron en la proa del buque, y él, al quedar sobre las rocas la parte de babor, se deslizó a tierra, y después de muchas peripecias y auxiliado por el pescador Joaquí­n Corta, pudo ponerse a salvo y llegar a Pasages, donde fue debidamente atendido.
Mandaba el Blanche el capitán don Rafael Lelen, que pereció ahogado con los siguientes individuos de la tripulación:
Carlos Bourges, Victor Foudin, Julio Goosdour, Luis Lebaillif, Juan Maugard, Juan Lissibour, José Copalan, Luis Le Gof, José Simon, Eugenio Le Vey, Ibo Lerroux, Gregorio Culin, José Bellegoux, Florentino Navaud, Alejandro Garnier, Ibo Romuer, Jorge Gautier e Ibo Martin.
Al zarpar de Pasages llevaba acumulada en sus bodegas la siguiente carga para Burdeos, Hamburgo y Amberes:
911 pipas de vino, 144 sacos de lana, 235 bultos de pieles, 118 cajas de conserva, 46 barriles de anchoas y cuatro cajas con armas y pistones.
El Blanche fue construido en 1870 en los astilleros de Hall (Escocia) y pertenecí­a a los señores Worms y Compañí­a del Havre.
Desplazaba 1.100 toneladas, su máquina desarrollaba una fuerza de 660 caballos y tení­a 60 metros de eslora, ocho de manga y cinco de puntal.
Hací­a un viaje semanal entre Burdeos y Pasages, y éste hací­a el número 31 desde que la casa armadora estableció este servicio.

Gertakariak

Naufragio del Blanche

El Fuerista, 1897-03-04

A las seis de la tarde se tuvo noticia en esta ciudad de que en el vecino puerto de Pasages habí­a naufragado un vapor.
Procuramos adquirir informes y desgraciadamente resultó cierta la noticia.
El vapor náufrago era el francés “Blanche” y se perdió en las puntas, al salir con vino para Burdeos, pereciendo toda la tripulación, compuesta por 20 hombres. Dios los haya cogido en buena hora.
Según se dice la salida fue debida a una obstinación del capitán, pues el práctico se negó a darle salida.

Gertakariak

EL CRIMEN DE ANCHO (La Libertad)

La Libertad, 1890-03-19

Antes de la vista

Ayer, y mucho antes de sonar la hora señalada para la apertura de la sesión, la calle de Esterlines por la que hay acceso a la Sala de Vistas de la Audiencia hallábase invadida por una apiñada multitud, ansiosa de buen puesto, cuya cola llegaba hasta la calle de San Jerónimo.
Hasta el enverjado de hierro del edificio veí­ase lleno de chiquillos y aun de hombres, que de esta suerte buscaban el momento en que un descuido de los guardias les permitiera asaltar el patio, venciendo no sin pena las puntiagudas lanzas de la verja.
Un número no menor de curiosos, en cuyo grupo predominaban las mujeres y niñas, formaba asimismo compacta barrera ante la puerta de la Audiencia.
El ruido y el vocerí­o que por el mas ligero incidente se producí­a eran ensordecedores. El presidente de la Audiencia, para impedir que más tarde aquel vocerí­o imposibilitase o perjudicase a la buena marcha de los debates, hubo de ordenar que los miqueletes puestos a su disposición facilitasen el tránsito en los alrededores de la Audiencia.
A las once de la mañana era ya punto menos que imposible contener a la ansiosa muchedumbre que se apiñaba en la ralle de Esterlines. Gracias ciertamente al enverjado, cuya cancela permanecí­a cerrada, no se vio invadido el patio y aún la sala de vistas.
Cualquiera ligera discusión producida por los esfuerzos de les retrasados que pugnaban para ganar mejor puesto que el que por su tardanza en acudir allí­ tení­an, cualquier incidente, por leve que éste fuera, producí­a un griterí­o grande. En vano era que los agentes y los guardias aconsejaran prudencia e hiciesen observar a los impacientes que a tiempo oportuno se abrirí­a la entrada pública al salón. Todo era inútil, y aún las señoritas y mujeres que entre aquel núcleo de gente habí­a, soportaban en silencio las mil molestias que sufrí­an, con tal de satisfacer su curiosidad.

(gehiago…)

Gertakariak

Pasaiko lapurreta aundia

Argia, 1936-05-10

Bigarrena da tarte txikiarekin. Lengoa Huarte’ren lantegietan izan zan; oraingoa Donosti’ko diru-etxeak Pasai Antxo’n dun ordezkaritzan. Goizeko amarrak aldian omen zan. Pistola eskuan, joan omen zan bat diru-etxera ta buru egiten duna atera omen zitzayon leyotillara. Lagun baten zai omen zegon eta jostaketarako goguarekin zetorren lagun ura zalakoan, jostaketak utzi ta pistola gordetzeko esan omen zion. Ez ordea laguna izan; bai ordea lapurra. Diru-etxean zeudenak komunean sar-arazi omen zituzten. Gero billatu zituzten diru guztiak artu ta gerturik eta zai zeukaten automobillera. Guztitara irurogei ta amabost milla laurleko edo eraman omen zituzten. Joan dan illaren azken-egunean izan zan lapurreta; koxka polita Primero da Mayo eguna bapo igarotzeko…
Automobilla Donosti’n artu omen zuten; San Markos bidera joan eta an utzi omen zuten txoperra lotu-ta ta gero beren etxua egin ondoren, Donosti’ko tabakalerako inguruan utzi omen zuten automobilla. An billatu zuten iñor gabe ta jabe gabe.
Bigarren aldiz erabiltzen omen dute automobil bera era ortako lapurretak egiteko.
Ez dute lapurren aztarrenik ere atera; bost edo sei izan bear zuten.